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Biden afirmó que Rusia “ya decidió” invadir Ucrania, mientras recrudece la tensión en la frontera

"En este momento estoy convencido de que ya ha tomado una decisión", dijo el mandatario en conferencia de prensa en la Casa Blanca al ser preguntado sobre si cree que su par ruso, Vladimir Putin, ya adoptó alguna resolución.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que Rusia “ya tomó la decisión” de invadir Ucrania en la próxima “semana” o “días” y alertó que buscará crear “una falsa justificación” para el ataque, en momentos en que se intensifican los bombardeos y evacuaciones en la zona de conflicto y mientras el Kremlin asegura que continúa la retirada de tanques y aviones de la frontera.

“En este momento estoy convencido de que ya ha tomado una decisión”, dijo el mandatario en conferencia de prensa en la Casa Blanca al ser preguntado sobre si cree que su par ruso, Vladimir Putin, ya adoptó alguna resolución.

Biden descartó que Putin contemple “ni siquiera de forma remota” emplear armas nucleares, aunque subrayó que está centrado en “intentar convencer al mundo de que tiene la capacidad de modificar las dinámicas en Europa”.

“Creemos que las fuerzas rusas están planeando atacar Ucrania en la próxima semana, los próximos días. Creemos que atacaran la capital de Ucrania, Kiev, una ciudad de 2,8 millones de habitantes inocentes”, detalló.

El dirigente demócrata insistió en que Rusia está buscando crear un pretexto y se apoya en la desinformación para justificar un ataque al país vecino, a la vez que alertó que si esto ocurre el Kremlin será “responsable” de una guerra “innecesaria y catastrófica”.

En sintonía, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, denunció la puesta en marcha de “un escenario” de “provocaciones” para justificar un ataque contra Ucrania.

Un responsable estadounidense estimó que Rusia contaba con 190.000 efectivos en las inmediaciones de Ucrania y en su territorio, incluyendo a las fuerzas separatistas. Hasta ahora, se hablaba de 150.000 en las fronteras del país.

Se trata de “la mayor concentración de tropas militares” desde el fin de la Guerra Fría, consideró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien apuntó que Moscú “podría pasar al ataque sin ninguna forma de advertencia”.

Por su parte, Putin admitió una “agravación de la situación” en Donbass, región donde el ejército ucraniano se enfrenta desde hace ocho años a las fuerzas separatistas prorrusas, pero acusó a Ucrania de atizar el conflicto.

“Todo lo que Kiev tiene que hacer es ir a la mesa de negociaciones con los representantes de (los separatistas) del Donbass y hablar”, declaró Putin al recibir a su homólogo y aliado bielorruso, Alexander Lukashenko.

Aunque parece cada vez más estrecho, el canal diplomático sigue abierto y hoy se anunció que Blinken se reunirá el 24 de febrero próximo con su par ruso, Serguei Lavrov.

En la zona del conflicto la situación se agravó con nuevos bombardeos cerca de la ciudad ucraniana de Stanytsia Lugansk (este), bajo control de las fuerzas gubernamentales que luchan contra separatistas prorrusos, una escalada que Washington denunció como parte de los esfuerzos del Kremlin para justificar una “agresión” a la exrepública soviética.

Pero Moscú sostiene que es el Ejército de Ucrania el que está violando la tregua y aseguró que casi 3.400 civiles fueron evacuados a Rusia tras la intensificación de los ataques.

Putin ordenó que se pague 10.000 rublos (unos 129 dólares) a cada evacuado de esas zonas. Las cadenas de televisión rusas difundieron imágenes de evacuaciones de niños en un orfanato.

Alemania y Francia, en tanto, países firmantes del Acuerdo de Minsk de 2015 que llevaron a una frágil tregua en la zona, urgieron a Rusia a usar su influencia con los separatistas, a fin de “alentar la moderación y contribuir con una desescalada”.

Desde 2014, el conflicto provocó más de 14.000 muertos.

Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) informaron de un aumento significativo de los disparos, con 189 violaciones del alto el fuego en la región de Donetsk el jueves, en comparación con las 24 de la víspera. En Lugansk, se reportaron 402 violaciones el jueves y 129 el miércoles.

Lavrov, acusó a la OSCE de parcialidad y de “atenuar los puntos que muestran la culpabilidad de las fuerzas armadas ucranianas”.

Mientras tanto, Moscú anunció una nueva retirada de sus tropas en la zona, algo que las potencias occidentales descreen que esté ocurriendo al alertar de una posible invasión.

Unas acusaciones rechazadas por el Kremlin, que denunció actividades hostiles de la OTAN cerca de su territorio y reclamó garantías para que no siga expandiéndose hacia sus fronteras.

Pese al anuncio de la retirada de militares, horas después Rusia informó que mañana realizará maniobras de sus fuerzas estratégicas.

“El 19 de febrero, bajo la dirección del comandante supremo de las Fuerzas Armadas rusas Vladimir Putin, se organizará un ejercicio planificado de las fuerzas de disuasión estratégicas”, informó la cartera de Defensa rusa.

Sería “catastrófico” que la crisis entre Rusia y Ucrania degenerara en guerra, declaró hoy el secretario general de la ONU, António Guterres, en la apertura de la conferencia anual sobre seguridad en Múnich que podría contar con la presencia del presidente ucraniano Volodimir Zelenski.

En la misma cita, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, reiteró el apoyo de Washington a la diplomacia para aliviar las tensiones con Moscú, pero advirtió de su compromiso para emprender “acciones correctivas” con “consecuencias severas” para Rusia en caso de que la situación se recrudezca.

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